lunes, 4 de marzo de 2013

El Clown transmite Libertad


El clown nos acerca a nuestra parte más auténtica, primaria, sincera, espontánea, libre...
Vive entregado al presente, juega con él, siente al máximo...es un apasionado de la vida.
Su práctica ayuda a derribar la propia máscara, a conectarnos con nuestra esencia y con el entorno, a perder el miedo y a reírnos de nosotrxs mismxs. Además desarrolla la capacidad lúdica, de imaginación y de improvisación.
El clown está en constante transformación. Recrea el éxito y acepta el fracaso como herramienta de aprendizaje; el error es un elemento motivador. No sólo acepta el fracaso sino que lo multiplica ante la mirada del público; lo conviete en cómplice de su vulnerabilidad. Para hace falta soltar mucho y mucha honestidad.

Y sobre todo, juega, desde que aparece. El clown transmite libertad.
No controlar desde la mente lo que se va a hacer, improvisar, deja que se te vaya la cabeza, estar en el cuerpo, observar, escuchar, respirar, instalarse en el presente. Lanzarse al vacío. Confíar, ser un canal. Y compartir.

 Encontrarte con tu payasx es encontrarte contigo, abriéndote, desnudándote, descubriéndote en tu esencia, mostrando y compartiendo tus emociones, comunicando desde la complicidad, empatizando con el público e iluminándolo con tu luz.
“Cuando estás en escena estás en la luz y todos los que están ahí mirándote se hallan en la oscuridad. Eres un privilegiado por estar en la luz y tu obligación es la de iluminar a los que no son tan afortunados como tú”, Philippe Gaulier.

A través del clown, conectamos con buestrx niñx internx, con el artista y creador que somos. 

 

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