Parte de nuestra esencia verdadera, como humanos, es que somos tontxs, porque por mucho personaje, construcción, apariencia, discurso, ego, dogmas, teorías, postureos...realmente sabemos muy poco de qué trata esta compleja y misteriosa existencia en este complejo mundo, al cual llegamos sin manual de instrucciones. El clown abraza todo eso, con amor y belleza.
El clown suelta toda construcción establecida, para construir con libertad. Se desnuda, tiene el poder de la vulnerabilidad, de la honestidad, del ridículo...eso que la mayoría de la gente trata de evitar, pero que forma parte de nosotrxs, y que es hermoso; tiene algo de poético. Esa parte nuestra que no queremos que los demás vean, por la sencilla razón de que nosotrxs no la aceptamos. Significa que no nos aceptamos en nuestra totalidad. Preferimos parapetarnos con construcciones o creencias, dentro de una apariencia que nos defina, que nos identifique, intentando hacer una versión, más o menos exitosa, de cara al escaparate y a nosotrxs mismxs... Nos aterra que lxs demás descubran nos descubran en nuestra totalidad. Por si nos excluyen.
SALTANDO AL VACÍO |
La cuestión es que para hacer clown de una manera verdadera (porque ser clown no es simplemente ponerse una nariz roja), no basta con hacer el/la tontx, sino ser tu tontx, reconocer y conectarte con tu tontx de verdad, y ésto suele ser lo más difícil. Requiere atravesar todas las construcciones impuestas y adquiridas, soltar mucho y mucha honestidad. Tener el coraje de desnudarse y saltar al vacío.
Darme cuenta y aceptar que soy tonto, me hace mucho bien y más listo. Si no, basta con pensar en lo inteligente y acertado que es a veces "hacerse el tonto". Yo soy tonto.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarYosoy tan, pero tan tonta, que no sé cómo conectar con mi ser tonta 😵
ResponderEliminarElma Hache